El primer comentario que escuché acerca de mis poemas fue “interesantes, pero la verdad, me cuesta un poco comprenderlos”. De eso, ya casi diez años. A decir verdad, la historia no ha cambiado mucho, a pesar de que en mi opinión y, gracias al transcurrir del tiempo, para bien o para mal, siento que he evolucionado dentro de mis propias expectativas. Dejé atrás la cursilería y las palabras bonitas que no me decían nada. Encontré nuevos vocablos y supe enamorarme de ellos hasta el punto de sentir que cada uno, por separado, me transmitía algo más del significado que todos conocemos. Me hice de palabras fuertes, sonoras, misteriosas, provocativas, evocadoras, palpitantes, con el afán de procurarme toda la fascinación posible. El sagrado legado de mis primeras lecturas y posteriores relecturas (Vallejo, Darío, Cardoza, Paz, Girondo, Huidobro, Góngora, etc.), me incitó inmediatamente a explorar el mundo de las metáforas y de las imágenes. Aun hoy, en la búsqueda de una expresión propia que satisfaga mis necesidades (de inventiva estética más que de comunicación), continúo la tarea como cualquier pequeño con los ojos salidos por su juguete recién liberado del papel de envolver y de la moña.
Connotación, plurisignificación, sonoridad, desrrunitización semántica y rebautización léxica son sólo algunos tecnicismos que el vulgo suele desconocer acerca del lenguaje literario. Al vulgo poco o nada le importan tales palabrejas; no las necesita para saber disfrutar de un buen poema o de un trozo de narrativa. Al vulgo, o algo le gusta o no; así de simple. Sin embargo, hay quienes se atreven a ir más allá y, con todo el derecho, arriesgarse a emitir opiniones al respecto. Movido más por envidias o por clara y honesta ignorancia, yo he hecho exactamente lo mismo. (Y ojo, aclaro, nunca me he apartado del vulgo. Creerme la falacia de que soy una persona culta, no va conmigo. Soy parte del vulgo, porque ignoro millones de cosas y porque lo poco que sé, lo he vivido como cualquier otro. La experiencia se nos hace infinita y yo sigo de aprendiz, de individuo, de ser humano, como cualquiera).
El punto es que cuando opinamos acerca del trabajo de “equis” individuo, no nos percatamos de que sus objetivos pueden distar mucho de lo que esperamos o de los que estamos acostumbrados a ver. El hecho de ser receptores de un trabajo artístico, no nos da el derecho a exigir o a cuestionar los motivos de la elaboración del mismo, sin otro afán más que el de poner en evidencia la poca “utilidad” y lo poco prácticos que son los recursos de su autor. Sería inaceptable y hartamente vergonzoso, por ejemplo, criticar a Borges por haber intitulado “El hacedor” a uno de sus muchos libros, sólo porque nosotros estamos acostumbrados a escuchar (y a emplear) términos más comunes como: fabricante, fabricador, constructor, etc. ¿Existirá el momento posterior en el cual podamos develar que Borges se estaba refiriendo a un dios, y que por esa razón, aquella palabra encajó perfectamente con sus excéntricas exigencias de hombre letrado? A lo mejor. Pero lo impulsivo que somos siendo vulgo, seguramente, nos habrá desviado ya de esa etapa reflexiva (y valorativa), cayendo en infundados comentarios y en aseveraciones insolentes.
Cuando le preguntaron a Lezama Lima que para quién escribía, respondió lo siguiente: “En un himno atribuido a Orfeo se dice: sólo hablo para aquellos que están en la obligación de escucharme. Que esa sentencia órfica nos acompañe siempre como un conjuro”. ¿Por qué entonces libros de la talla de Ulises, Paradiso, La pequeña sinfonía del Nuevo Mundo, Rayuela, Museo de la novela de la Eterna, Trilce, En la masmédula, Tres de cuatro soles, entre otros, figuran como valiosos estandartes de la historia de la literatura universal? ¿En donde quedó el vulgo que no se siente obligado a leer nada de lo que, según él, se aleje de sus expectativas y de su gusto? ¿Acaso sólo fue una pandilla de intelectuales y estudiosos quienes hicieron de estos libros lo que son ahora? Piensen en ello, porque a final de cuentas, me huele que el vulgo también anduvo detrás de esto. Es decir, comprando. No olviden, el libro se tuvo que haber vendido, aunque fuese sólo para apilarlo como una decoración más en nuestra biblioteca.
En fin, me gustaría compartir con ustedes el resultado de una experiencia, que como mencioné al principio, se sigue repitiendo. Ridículo y soez sería comparar mi situación con la de los autores que han publicado, digámoslo así, obras complicadas, herméticas y a la vez profundas; jugosas ensaladas filológicas, en decir de Lezama Lima. Es verdad, mi pretensión no ha llegado (ni llegará) a ese punto. Tres han sido los poemas que hasta la fecha he seleccionado y decido incluir en cinco kilos de vacío. Mi selección no sólo se basó en la variedad sino en la accesibilidad que pudiesen tener para ustedes, lectores y caros amigos de oficio, poemas como Carnoso aliado, Mi derrotero y Cuando soy así, respectivamente. Como suele suceder en estos casos, el ojo público se hizo presente y a mis oídos llegaron ciertos comentarios relacionados con mi “incomprensible, pretensiosa y alquímica” forma de expresarme, o mejor dicho, de escribir mis textos. Nada nuevo para mí, todo lo contrario. No obstante, y luego de pensarlo un rato, caí en la cuenta de que ya era suficiente. Si mi objetivo nunca ha sido escribir para alguien, y luego de haberle explicado (trabajosamente) a cada persona que conocí desde que me inicié en esto, mis motivos y mi visión respecto de la literatura y del arte, ¿por qué debo permitir que se me juzgue de esa manera?, ¿por qué debo seguir justificando mi forma de escribir para satisfacer a otros?
Tal reflexión me llevó a lo siguiente. Como intuyo que habrá algunos de ustedes que piensan lo mismo acerca de mis textos y, para demostrarles que si fuesen un poco más perspicaces y estuviesen “adiestrados” a otro tipo de expresión literaria, su opinión quizás sería distinta; aquí les incluyo de nuevo, en contra de lo que había jurado no hacer nunca, los tres poemas en mención, con sus respectivas versiones vulgares (en azul); es decir, como muchos quisieran (y sueñan muy, pero muy en vano), que yo escriba.
CUANDO SOY ASÍ
Hoy como también ayer este dolor se hace cutáneo
Y me curte proporciones secundarias con su santiamén bilioso
Los ojos ya no buscan la ceguera de la noche
Los grises hematomas de neblina
El pus de los espectros desvividos por desviarme
Los ojos buscan un fogón que no se apague
De ámbar una lágrima en reposo femenino
Quizás de mimos miniaturas en pólvora alcalina
Cuando otro hoy como éste empiece
Y siga la bazofia merodeando mi suprema alcantarilla
Extirparé mis ojos que son dos moscas habituadas a tu mundo
CUANDO ME PONGO COMO LA GRAN PUTA
Desde ayer me duele hasta el pellejo
Es un fuerte dolor que en un dos por tres me insensibiliza los huevos
Estoy cansado de vivir a oscuras
De chocarme contra la niebla y rasparme
De la mierda de la gente que se mata por sacarme del camino
Quiero un poco de luz
Que una mujer chille un poco y me alumbre
Con sus muecas y sobijeos brillantes
Cuando vuelva a tener un día pura mierda como hoy
Y la asquerosa gente quiera acercarse a mí
Me sacaré los ojos, que de probar la mierda de tu mundo, ya parecen moscas
MI DERROTERO
Entonces, geómetra de lo que llevo dentro
Me fijo en la manera en que todo se libera
Y me acuerdo de que mientras más me alejo
La esencia de tu cuerpo se me viene encima
La noche se me vuelve itinerario si en tu vulva encuentro el día
El alma es un objeto ansioso y vehemente de chocarse contra el tiempo
Y tú, tú que despiertas zambullida entre los lícitos dominios de lo acuoso
Te conviertes en un dogma en ternura y balbuceo electrizantes
Predilecto mucho más ahora el viaje hasta tus pechos
Maciza quintaesencia que yugula mis prejuicios
Que me sienta de repente ante tu clara exorbitancia
Y me incita a libaciones inmediatas-clandestinas
Hay un camino, en donde un hilo tiembla fuertemente y guía
Las luces dicen que eres tú, tú que te vinculas con mi instinto
Que remueves la hojarasca y te adornas de distancia
POR ‘ONDE VOY
Como me encanta medir lo que siento
Por eso me doy cuenta en cómo se me va la mano sintiendo
Mientras más me hago para atrás
Lo que tu cuerpo lleva adentro me cae encima
Me da igual si la noche es larga porque lo que quiero es amanecer en tu vagina
El alma no se está quieta y se va a hacer mierda contra el tiempo
Y vos, vos que te despertás en todo tu derecho de estar empapada
Te convertís en lo que de veras creo, en algo tierno y en un ¡ay! que me pone los pelos de punta
Ahorita sí que queda bien que te busque las chiches
Esas cosas duras que hacen mierda mis prejuicios
Que me pone enfrente de lo inmensa que sos
Y me da carreta para que luego, luego te chupe sin que nadie nos mire
Por ahí dicen que vos sos el camino que me guía pero que no es seguro
Vos que te metiste con lo animal que me hace actuar así
Que me quitás lo que está demás en mí y que te irás al rato
CARNOSO ALIADO
El simple hecho de hacerte de un buen par de alas
De dejártelas crecer, de abonarlas monacalmente
con la paciencia de un eclipse que nunca se decide a redimirse
Es todo un síntoma primario asociado con utópicos idilios
con trayectorias imposibles, con lo poco útil que es la vida
¡Blande hoy tus alas, carnoso aliado! ¡Disfruta de la histeria!
Los vocablos que podrían retratar la instancia
del jardín que se erige entre los aires ya no alcanzan
Se han quedado hundidos en la roca,
en nuestra frente interna
Pero mañana, cuando el síntoma desaparezca y llueva engaños
volveremos a tomarnos de la mano y a elevarnos
COMPINCHE POLLÓN
Sólo con que te den ganás de volar
De que creás que tenés alas y de que les echés gallinaza todos los días
Con la paciencia de un eclipse que ni a putas se deja mirar
Ya te pisaste porque lo que tenés es que te gusta soñar con babosadas que no existen
Con algo que no vas a tener porque la vida no sirve para ni mierda
¡Mové hoy tu alas, compinche pollón! ¡Aprovechá que estás loco!
Se quedan cortas las palabras que podrían decir cuál es la situación
Del arriate que se levanta por los aires
Se quedaron refundidos en las piedras, en las barreras que llevamos dentro
Pero mañana, cuando dizque estemos curados a puro engaño
Nos vamos a agarrar de la mano otra vez y a seguir soñando como mulas
¿Contentos? Quienes propugnan que la expresión estética debe rebasar la emoción pura (contenida con toda claridad en las tres versiones vulgares que presento; que aún podrían ser mucho más simplificadas) no me dejarán mentir al respecto. Mis nuevas versiones carecen de artificio y se remiten sólo a decir lo que en el momento sentía o se me ocurría. Y todo ello bien podría exponérselo a alguien con esas palabras y esas expresiones, ¿o no? Es decir, ¿qué necesidad tendría entonces de escribir un poema y de, como ustedes opinan, decir “doce gramos de un sólido y soluble llamado cloruro de sodio que a la vez contiene cloruros, sulfatos y bromuros de magnesio, calcio y potasio” en vez de “un poco de sal”? ¿Acaso creen, por favor, que enmaraño mi expresión a propósito?, ¿que me digo: “Bueno, hoy voy a escribir tres poemas pero que nadie los entienda? ¿Es que todavía no se han dado cuenta de que mis tendencias (aunque a simple vista sólo parezcan rimbombantes y complicadas) difieren un tanto de las convencionales y en el fondo llevan algo? Si sólo fuese un puño de palabras ostentosas, ¿cómo se explica que haya una versión vulgar que fundamente lo que el poema expresa?
Las preguntas son bastantes y este texto, les juro, sólo es producto de una situación desesperante y arrebatadora, puesto que no tengo la intención de escribir para nadie en concreto ni mucho menos seguir exponiendo por qué escribo de la forma en que lo hago. Si mis poemas, o como quieran llamarles, mueren conmigo, me llevaré la satisfacción de haber escrito lo que sentía, a mí manera, y de haberlo echo tal como me habría gustado leerlo. Ah, y por último, aprovecho la ocasión y me tomo el atrevimiento de recomendarles El arco y la lira, joya literaria del Nóbel mexicano Octavio Paz, para verdaderamente deleitarse con una buena lectura, y ya saben, quitarse el mal sabor de boca.
17 comments:
Comparto a un gran porcentaje lo que exponés en el texto. Logro entrever también ese trasfondo subjetivo, pues como decís, la idea de poesía es algo personal e íntima. Yo, en tu caso, no explicaría nada, pero también entiendo lo cansado que has de estar de que te comenten lo mismo. Creo que con tu texto salvás tu postura y te reinvindicás con lo que sos. Sabés que hay muchos que te admiramos, no hay que repetirlo, seguí así y recordá que a un tal jesús lo seguían doce al principio y mirá ahora!!! Que conste, no hablo de la religión católica, sino del hecho de que al final, la gente se dará cuenta de cuánto valés vos y tus escritos. Salud, siempre!!!
Kalimocho
entreceja cortada
no puedo extenderme
a tu afilada cognosis
pero puedo de fe karma
en opulenta masa obsesiva
necesita da su incapacidad
verte envuelto en los mismos trapos ajenos que visten...
ALEXIS.
En parte de acuerdo y en parte en desacuerdo.
Si publicás tus poemas es porque te gustaría que alguien que comparta tus gustos y tu línea estética los lea. Cierto, vos sos el primero y el más importante lector de tus poemas, pero si de veras fueras vos el único destinatario, jamás publicarías nada y en consecuencia, jamás recibirías críticas.
Todos somos el vulgo que toma sólo lo que le gusta. Hay que aprender a aceptar tranquilamente eso, si es el caso que al vulgo no le gusta lo que hacemos.
El problema del vulgo o la masa es cuantitativo, no calificativo. Ése es el mayor problema. Las masas, como se sabe, no necesitan fundamentar sus actos, ideas, tendencias, sentimientos, reacciones, juicios... y un eterno etcétera, con lo cual tienen el poder de la opinión aplastante.
Por más de palo que uno desee ser, por más oídos sordos ante palabras necias que invoquemos, las fatuas y melindrosas opiniones de quienes saben lo que dicen porque lo dijo alguien más (o muchos otros más y ya se sabe "vox populi, vox dei") son más comunes que las opiniones que se basan en el criterio propio (si es que tal criterio existe) basado no en el juicio ajeno, sino en el análisis de tales juicios y su complementación con el juicio propio.
Todo esto nos lleva a la clásica postura de "no saber qué hacer", tan típica en el ser humano. Ya que las opiniones llegan al conocimiento del destinatario y que tales opiniones estarán, por estadística rupestre, con la ventaja cuantitativa del vulgo o masa... creo que sería deshonesto consigo mismo y con uno mismo como también con el pensamiento propia y la concepción de uno, parar mientes en tales casos. Aunque ante la imposibilidad de la indiferencia (de la cual todos carecemos) considero necesaria y alabo la acción de recordarle al vulgo (tanto como a uno mismo) que es lo que es gracias a sí mismo.
Dejo el ensimismamiento y aclaro: que el vulgo siga su camino y vos seguí el que te has trazado, ya que una propuesta fuera de los cánones establecidos siempre será detractada por los huevones que se acostumbran y no desean cambiar por pura comodidad.
Saludos y adelante.
Acuerdo con Julio en que el autor no tiene por qué cambiar su manera de escribir si no quiere, eso es obvio para las personas grandecitas.
Pero en lo de quejarse del vulgo a mí me parece más bien maricón. ¿Ya sabías cómo es el vulgo no? ¿esperabas realmente aplausos de él?
Ya lo sabías, por eso es que pretender aplausos del vulgo es más bien iluso.
Las obras de arte finalmente sólo pueden dividirse en dos: las que me gustan y las que no. Aún si yo tengo todo un bagaje cultural que me permita apreciar ciertas obras que están lejanas a ese etéreo vulgo al que fustigamos.
Tu arte, en cierta manera, es elitista, sólo algunos lo podrán entender. Yo medio lo entendí y no me gustó. Leí a Julio Avendaño y me encantó. ¿Soy vulgo o no? ¿si hubiera dicho -sinceramente, por supuesto- que me encantan tus poemas y lo que decís en ellos dejaría de ser vulgo?
El artista se tiene que atener a las consecuencias: a pasar inadvertido o a ser aclamado. Esto es cuestión de carácter.
Cualquiera ve a sus hijos lindos, sea vulgo o sea (ponga aquí a su escritor favorito).
Creo que lo que quiere decir Rafael es que si el vulgo se exaspera por no entender algunas cosas, es porque no está acostumbrado y no le da la cabeza y punto. Además, no se trata de entender sino de sentir, al menos en poesía. Si al vulgo le gusta la mierda, es porque la encuentra saboreable y sabe cómo sacarle provecho. La verdadera poesía no es para el vulgo... la trova, las bombas y los tigres del norte sí... la literatura es elitista por naturaleza porque es arte y no panfleto publicitario ni mucho menos... la poesía no comunica, evoca... y eso es lo que encuentro en la de Rafael... a José Joaquín lo entiendo, pero me vale verga lo que dice.
Aplaudo tu sinceridad, José Joaquín, sin embargo no estoy de acuerdo con algunas de tus propuestas. Si bien el vulgo o la masa tiene en sus manos el éxito "inmediato" del escritor, no puede ser remitido este éxito a los planos de trascendencia planteados por la humanidad, o sea, a la posteridad. Hay que recordar la detracción que se ha hecho a través de la historia a muchos artistas, para luego, sin más ni más, muerto el artista, inmortalizada la obra.
No estoy diciendo que la obra de Rafael esté siendo bien o mal valorada, sino que me estoy refiriendo a los juicios temporales, y por temporales, relativos. Al cuidado que debemos (porque somos responsables de ellos) observar al emitir juicios, tantas veces, perecederos poco tiempo después.
Tampoco estoy haciendo referencia a la típica falacia de que hay que conocer al artista para comprenderlo mejor. En este estricto sentido, es posible hablar de un arte universal: la obra se sustenta por sí misma ante el espectador (con esta afirmación te doy la razón en otros aspectos que planteás en tu comentario). Pero la universalidad del arte se ha entendido hasta ahora como un medio de comunicación masiva: si es eficaz es universal, si no, es elitista.
Hay que tener en cuenta que todo arte es, en esta medida, elitista. ¿Por qué? Porque siempre pertenece a cierto tipo, a cierto grupo que lo prefiere. Como ejemplo se puede hablar de Miguel Angel Asturias vs. Borges vs. Cortázar vs. O. Paz vs. Rulfo vs. Cardoza y Aragón vs. Luis de Lión vs. García Márquez vs. el eterno etcétera nuevamente. Entre todos ellos existen diferencias formales o sustanciales, de las cuales, cada grupo con sus preferencias, considera la universalidad de su elección; universalidad que se ve transformada "ipso facto" en una nueva y tal vez (sólo tal vez) más extensa élite.
Para agrandar la cuestión de la universalidad del arte, se pueden mencionar a las mismas artes, con sus detractores y sus adeptos: la pintura vs. la literatura vs. la escultura vs. la música vs. la arquitectura. Cada gurpo propondrá que su elección es más universal que la de los demás por la forma en que ha influido en la humanidad... y para qué más.
Claro, resulta ingenuo pensar que la aceptación de una propuesta será masiva y total, pero también existe el derecho y la obligación del artista o del que hace su propuesta, de defenderla y sustentarla. Me parece radical el juicio de mariconería. Creo que a fin de cuentas, todos tenemos algo de maricones y de ilusos, de perversos y pervertidos... pero volvemos otra vez al elitismo... y ya basta de redundancias.
Completamente de acuerdo con lo que decís sobre el artista y la responsabilidad de su obra. También es responsabilidad del artista el expresar de manera "perfecta" (lo más perfecta posible) lo que desea expresar o plasmar o causar. Y de las posibles consecuencias que la propuesta pueda tener a todo nivel. El compromiso del artista debe ser un compromiso, no sólo con la autenticidad propia, sino con la Humanidad y con el Arte como ente superior. Un equilibrio entre estas tres cosas tiene como resultado un buen artista. Un desbalance refleja y es representado por el resto de "artistas".
Me gustaría terminar haciendo uso del décimo consejo que Onetti da a los que desean empezar a escribir (lo tomo de la publicación del 18 de sept de 2005 en http://elpatojo.blogspot.com/), y es esto: lo anteriormente dicho resulta semejante al monólogo de un mediocre intentando asegurarse de que tiene palabras en la cabeza y de que las puede usar... Teoría del todo inútil y en gran grado vacua. Perdón por el espacio ocupado.
Gracias José Joaquín por lo que a mí me toca en tu comentario y también por la excusa para dejar salir tanto palabrerío inconsecuente.
Ah, y se me olvidaba decir algo (y lean cómo termino mi anterior comentario): soy más vulgar quelqué!!!!!!!!!!!!!!!!
Se les olvidó, en especial a José Joaquín, notar que Rafael escribió este post porque (según entiendo) estaba cansado de las críticas de personas a quienes ya les había explicado antes cómo era su trabajo y por qué escribía así. Entiendo que fue una especie de "hasta aquí, no más", puesto que si te dicen que lo escribís es imcomprensible pero vos tenés tus razones y fundamentás lo que hacés, para qué diablos te siguen criticando???? No sé si me explico.
Lo que escribe Rafael es complicado, pero tiene su estilo. ¿Incomprensible? Depende. Yo me remito a disfrutar de lo que pueda y a callar cuando no sé muy bien de lo que se trata el asunto.
creo que jose joaquin es uno de esos tantos nongratos que se la pasan buscando en donde putas meter las manos y mostrar su cara por un poco de atencion... creo que si no te parece lo que Rafael escribe es porque simplemente lo encontras muy complicado de entender...cuando se es parte del vulgo, te acostumbras a todo menos a esto... esto no es para esos que dicen saber que saben y que al final no saben no creen y no hacen ni mierda...solo hablar... Creo que las propuestas de Rafael son las mas auténticas y puras... ademas de ricas y cuidadosamente pensadas para gente que no es gente o tal vez no muy inteligente... cuando publique Rafael, por favor no compres el libro... debes preparte antes. deja y bueno... comparto con rastros me vale verga lo que decis!!!
CORRECCION: Creo que las propuestas de Rafael son las más auténticas y puras...además de ricas y cuidadosamente pensandas, éstas NO SON para gente que no es gente o tal vez no muy inteligente...
AHORA SI!
Lo que debería hacer señor Rafael es alejarse de la gente que lo critica sin saber (o ya sabiéndolo de antemano) lo que usted escribe y por qué lo escriba. No pierda su tiempo escuchando ni explicándole a nadie. Tanto halagos como críticas de ese tipo, subjetivas y sin fundamento, pueden ser nocivas. Siga su camino y haga caso omiso de tales futilezas, que en su carrera están demás, ya que a leguas se nota que su trabajo está muy por encima de muchos que conozco. Y no hablo sólo de Guatemala.
Unas últimas palabras.
Es siempre mi intención ser crítico con las personas que parecen ser grandes y por grandes entiendo a alguien que está curtido de que lo critiquen.
Con lo que no estoy de acuerdo (y tuvieron que pasar varios días y comentarios para que me pudiera expresar) es en la clasificación: no lo entiende o no le gusta, vulgo de pereza mental; sí lo entiende, visionario o de buen gusto.
El autor bajo ninguna circunstancia debe cambiar si no le place o si no lo considera conveniente. Y debe, claro está, defender su arte hasta las últimas consecuencias y contra todo, en eso coincido con Julio.
Saludos y gracias a Rafael por prestar pacientemente su espacio para mis esperpentos.
Todos ustedes son unos elitistas. De hecho, todos lo somos. El vulgo lo es, porque no acepta lo culto. Los cultos porque no aceptan a aquellos. Los que escriben mal se halagan entre ellos; los que escriben bien, lo mismo. El elitismo abunda y lo que creo es que cada quien debe tener claro (como me parece en el caso de Rafael; también en el de Julio y José Joaquín, por ejemplo)lo que hace y quiere expresar; y sobre todo, a quien va dirigido. Borges escribía para sus cuates; Joyce para su novia; Bukowski para la lacra social... etcétera. ¿Cuál es el rollo entonces? Que el tiempo diga si lo que cada uno de ustedes hace, vale. Por el momento, enfóquense en criticar como se debe y no caer en ofensas, como otros que sí lo hicieron. No conozco a nadie de ustedes, pero el blog que más me llamó la atención fue este, por su combinación imagen-texto y porque me gusta lo ecléctico y bizarro... Es todo lo que puedo decir por ahora. Saludos desde ninguna parte.
Yo me conformo conque no escribás mierdas políticas o de conciencia social, o muladas de esas de amor cursi o de superación personal... Pppuaaajjjjj!!!!! Mientras sigás así, no tendré nada en contra de tus palabras. Además, tus relatos son muy buenos, debo decir. Ya sé que están hablando de poesía, pero y lo demás, qué???
Sagaz ¿Tú Me? ¿Quieres?
Poemas que mueren consigo...!
¡ Qué va, esto es del vulgo como usted mismo dice, se queda carcomiendo las entrañas y vaya que las come por dentro, porque el hombre no es así mismo hombre, hasta que se sabe encomio...
Ya lo ve la palabra puede ser todo lo pueríl que quieran, incluso hay quienes tamizan la perfección de un poema retando al hombre a no decir nada, con tal de que rime y se lleve la cuenta insignificante de sus letras...
Pero se les olvida que la poesía es el sentimiento mismo, y el sentimiento como tal, es a veces tan profundo, e hipócrita como lo es la soledad del hombre.
Las posturas son variadas, el vulgo también, yo soy de esas que prefieren mantener la cordura dentro de la mente mientras en la palabra se socabe el sentimiento que lleva fuego dentro y agua por fuera.
Sinceramente, me gusta su valía, y lo que le voy leyendo, no cualquiera tiene el poder de verse por dentro e inventar ideas que a otros le parezcan suficientemente cuerdas para llamarse a si mismo hombres sin poner de pie, que la hombría es la realidad misma de las fantasías.
Le leo caballero, aunque me temo que no se como pillarle un pellizco para que siga escribiendo, lo que a usted le venga en gana, tal como lo hicieron un día aquellos que intentaron ser, así simplemente ser...
Su amiga
Daanroo
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